26 abril, 2024
  • Inicio
  • Cultura
  • «Picasso y Dora Maar tuvieron una relación sadomasoquista»
Cultura

«Picasso y Dora Maar tuvieron una relación sadomasoquista»

Buscando un regalo muy particular para su esposo, Brigitte Benkemoun, periodista, escritora, compró por azar una pequeña agenda, de propietario o propietaria desconocida, donde figuraba una pléyade de grandísimos maestros del arte contemporáneo, de Picasso a Balthus, de Brassaï a André Breton, entre muchos otros.

Intrigada, intentó descubrir el nombre del propietario o propietaria. Y terminó encontrándolo: su agenda había pertenecido a Dora Maar (París, 1907-1997), pintora, artista de vanguardia, amante de Picasso, fotógrafa, cuya obra culminó inmortalizando la realización definitiva del ‘Guernica’, una de las obras capitales de la historia del arte contemporáneo.

‘En busca de Dora Maar (Una artista, una libreta de direcciones, una vida)’, es el libro de Brigitte Brigitte Benkemoun que estos días se publica

 en español (Taurus). Una obra muy fuera de lo común, que permite ‘releer’ buena parte del gran arte del siglo XX a través de la vida más íntima de muchos de sus protagonistas.

—Al terminar su libro me pregunté si el amor no es la columna vertebral de su reconstrucción de la vida íntima de Dora Maar, para bien y para muy mal.

—No exactamente. Amor quizá no sea la palabra exacta, en unas relaciones que, con frecuencia, estuvieron dominadas por muy distintas pasiones, como el deseo de dominación, o el sadomasoquismo.

—La joven Dora Maar, fotógrafa de mucho talento, que había recorrido varios países europeos documentando realidades muy dramáticas, descubrió los abismos pasionales de fantasmas de entrega y dominación, en brazos del gran teórico e historiador del erotismo subversivo, Georges Bataille, personaje sulfuroso.

—Sí. La relación de Dora Maar y Bataille fue el principio de un proceso que terminó en la locura.

—A través de Bataille y sus amigos, Dora Maar también tuvo relaciones particulares con los surrealistas y André Breton. En comparación con Bataille, Breton podía parecerle un hombre mucho más blandengue.

—Algo así. Breton y los surrealistas sentían una cierta fascinación fantasmal por Dora Maar. Breton y otros surrealistas tenían una concepción de la mujer mucho más patriarcal, que no correspondía a las realidades pasionales anheladas por Dora Maar.

Brigitte Benkemoun – Juan Pedro Quiñonero

—A lo largo de los personajes de su agenda, parece evidente que a Dora Maar solo se interesaba profundamente por hombres dominantes o dominadores. Grandes maestros, como Brassaï y Cartier-Bresson, se cruzaron con ella. Pero a ella no le interesaban.

—Podía hablar y discutir con ella de arte y fotografía. Pero, en la intimidad prefería hombres que le permitieses realizar fantasmas muy oscuros.

—Balthus, el gran rival de Picasso, fascinado por la belleza infantil, femenina, tampoco era del agrado de Dora Maar.

—No. Se respetaban. Tenían muchas cosas en común. Pero a Balthus le gustaban las niñas. Y ella fue una mujer dominante o dominada, pero de formas muy generosas.

—La gran revelación de su vida fue Picasso.

—Sí. Ella lo sedujo jugando con una navaja, en una mesa de un café de Saint-Germain-des-Prés. Picasso quedó fascinado. Incluso se llevó la navaja ensangrentada a su casa. La guardó como algo muy precioso.

—Siguieron unas relaciones que comenzaron por la pasión relativamente convencional para terminar transformándose en una suerte de canibalismo del Minotauro Picasso devorando el cuerpo desnudo de su víctima, dejándose devorar, desnuda.

—Sí. La historia de los retratos picassianos de Dora Maar es todo un capítulo esencial de la vida de ambos. Los primeros retratos son los más felices. Con el tiempo, Picasso evoluciona de una manera muy cruda. Y su pasión se transforma en una obsesión, que culmina con obras muy negras, mostrando una mujer sufriente de manera dramática.

—Entre el principio y el fin de la pasión devorante, Picasso y Dora Maar vivieron el día a día de la creación del ‘Guernica’, una de las obras históricas más importantes del siglo XX. El trabajo, la fotografía de Dora Maar, ocupa un puesto esencial. Fue un encargo de Christian Zervos, que comprendió, muy pronto, que la creación del ‘Guernica’ necesitaba una documentación fotográfica única en su género.

—Picasso ya conocía, trabajaba y había trabajado con Brassaï, que aceptó el trabajo encomendado a Dora Maar con algunas reservas. Luego, se impuso la evidencia. Picasso estaba fascinado, ante una mujer excepcional, creadora, con la que podía discutir de todo, con opiniones propias. Dora Maar era una mujer joven, sin miedo a nada ni a nadie. Al mismo tiempo, también fue una mujer sumisa y atormentada, que terminó aceptando la sumisión absoluta hacia Picasso, que pudiera definirse como un «perverso narcisista». A mi modo de ver, tuvieron una relación sadomasoquista. Incluso cuando la dejó, por Françoise Gilot, siguió obsesionado con ella. De ahí sus retratos últimos, muy negros.

—Tras la ruptura con Picasso, Dora Maar aceptó someterse a los análisis de Jacques Lacan, el «papa» de la psiquiatría y el psicoanálisis estructuralista, que había terminado casándose con Sylvia, que había sido esposa de Georges Bataille, el iniciador de Dora Maar al sado masoquismo.

—Sí. Dora Maar estaba perdida. Al final, Lacan terminó declarando: «No tenía elección. Era Dios o la camisa de fuerza».

Dora Maar terminó sola. Encerrada en la celda de su residencia última, perdida entre fantasmas y visiones malignas. Andando el tiempo, su vida y su obra han crecido vertiginosamente. Brigigge Benkemolun nos ayuda a comprender su puesto genuino en las grandes convulsiones del arte del siglo XX.

La entrada «Picasso y Dora Maar tuvieron una relación sadomasoquista» se publicó primero en Cultural Cava.

Related posts

Javier Cercas: “La literatura busca meter en problemas al lector”

El Año Picasso no ocultará la compleja relación del artista con las mujeres

Noticias al Momento

Karlos Serrano: la redefinición del policial clásico a partir de la magia