@AnalíaCab
Las fantasías sobre el futuro que vemos en series y películas suelen ser distópicas: de una manera u otra, la humanidad va camino a la extinción o, en el mejor de los casos, a una supervivencia básica y primitiva. Los culpables somos los propios seres humanos por lo general, y todo aquello de que tanto se habla pero poco se hace, acerca del cuidado del planeta. La pandemia de Covid-19 nos enfrenta con escenas en la vida real, que antes solíamos ver en el cine… cuando los cines abrían.
“Sweet Tooth”, basada en un cómic de DC, toma esta idea de la humanidad en jaque y, casualmente, por culpa de un virus mortal que se expande muy rápido, dejando inútiles los esfuerzos de la comunidad médica ante lo desconocido. En poco tiempo la mayoría de las personas muere, la civilización comienza a desaparecer, pero la Naturaleza también demuestra que sabe reciclarse una y otra vez, a pesar de nuestro contaminante paso por el planeta.
Mientras los hospitales colapsan, un extraño fenómeno ocurre en simultáneo: todos los bebés que nacen en esta fase son híbridos, parte humana, parte animal. ¿El virus causó esto durante su gestación o la aparición de estos seres produjo la viralización fatal? Nadie lo sabe todavía, pero por las dudas, las personas temen y rechazan a los pequeños, que o mueren sin padres o son perseguidos. También, empiezan a ser utilizados en investigaciones muy crueles en búsqueda de una vacuna. El padre de Gus (Christian Convery), un híbrido entre venado y niño, huye con él hacia las profundidades del bosque.
Han pasado 10 años del colapso mundial, y la gente que sobrevivió, es desconfiada y egoísta. Gus vive una infancia feliz e inocente, resguardado celosamente por su padre de los peligros reales que están afuera de la cerca. Pero cuando Gus se queda solo, empieza la aventura para él, que debe aprender a valerse por sí mismo. La esperanza de encontrar a su madre lo lanzará lejos de su idílico hogar, acompañando a un hombre rudo que busca la redención y, primero de mala gana, aceptará al encantador pequeño a su lado.
Jepperd (Nonso Anozie), un ex cazador, se convertirá en su protector e intentará traducirle este mundo desconocido y violento de manera digerible para esos ojos totalmente inocentes. Gus aprenderá de manera vertiginosa sobre el bien y el mal, a la vez que enseñará a aquellos que se crucen en su camino que a pesar de todo, todavía vale la pena entablar vínculos.
Christian Convery es un actor canadiense, tiene 11 años y es conocido principalmente por su participación en la película “Beautiful Boy” (2018). Su personaje aquí es optimista, dulce, simpático y encanta con esa fascinación del que ve todo por primera vez. Pero también se sabe discriminado y odiado por muchos.
En una entrevista, el actor contó que tiene mucho en común con su personaje: “Los dos amamos las golosinas y la miel de maple (de ahí su apodo “Sweet tooth” – “Caramelo”), la naturaleza, encontrar chicos con los que jugar. Interpretar a Gus fue una experiencia única e interesante. Cuando empecé a leer sobre el personaje, me costaba visualizarlo, pero cuando leí el guion en el set, empecé a desarrollar mi propia visión de cómo debería ser”.
Sobre su relación con Jep, describió: “Gus lo ve como un amigo, como nunca había visto a otro ser humano en su vida, para él es alguien ‘normal’. Y no sabe realmente lo que sucede afuera porque su padre le había contado muchas historias sobre la gente mala, pero Gus no puede verlo a Jep como uno de ellos. Su forma de ser, siempre esperanzada, irá sacando a la luz el corazón de oro que tiene su nuevo amigo”.
Conocé un poco más de este tierno personaje:
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Por A.C.
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