30 abril, 2024
Cultura

Una historia europea

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¿Qué es un refugiado? Esa pregunta no se responde de igual manera hoy que hace siete años, al menos no para la percepción que millones de europeos tienen de lo que significa y representa dicha palabra. Hace siete años, en 2015, Europa vivía una de las mayores crisis de refugiados de su historia reciente, pero lo hacía desde la distancia y un cierto temor y rechazo a unas personas que, según el discurso de parte del espectro político europeo, estaban invadiendo el continente.

Por el contrario, desde el 24 de febrero de este año han huido de Ucrania más de 6’5 millones de personas, 5 veces el número de sirios y afganos –mayoritariamente– que intentaron alcanzar en Europa en 2015, a un ritmo además mucho más vertiginoso.

Sin embargo, esa huida masiva no ha generado la misma reacción en una sociedad todavía más polarizada que la de entonces, sino todo lo contrario. Las muestras de solidaridad han sido unánimes, la acogida masiva y la palabra invasión no ha hecho acto de presencia en el debate público. ¿La diferencia? Una “muy importante”: que los refugiados ucranianos no son “los que estamos acostumbrados a ver sufrir en televisión, sino rubios con los ojos azules”, tal y como afirmaba un español evacuado de Ucrania en alusión a los niños que habían quedado en la frontera con Polonia.

La experiencia histórica de los últimos siete años pone de manifiesto que, más allá de su significado jurídico y su conceptualización académica, lo que la palabra ‘refugiad0’ representa para el conjunto de la sociedad europea varía en función de la nacionalidad, la raza o la religión, esto es, la distancia geográfica y cultural entre quienes definen a otros como refugiados y quienes son reducidos a esa condición. El libro de Philipp Ther, ‘Extranjeros. Refugiados en Europa desde 1492’ (traducido por Antonio Escobar Tortosa), aborda esa compleja construcción política, social y cultural, así como la experiencia de los distintas huidas y flujos de refugiados acontecidos en el continente europeo desde el comienzo de la Edad Moderna y las políticas puestas en marcha para abordar este fenómeno. A través de un enfoque interépocas de larga duración, el historiador austriaco, catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Viena, nos propone una estructura topológica. En vez de seguir un orden cronológico, Ther apuesta por diseccionar la historia de los refugiados en Europa a través de sus principales motivos de huida: el religioso, el vinculado al nacionalismo radical y las limpiezas étnicas, y el político. De hecho, esa simple elección arroja ya algunas conclusiones relevantes. En primer término, que la historia no es simple y lineal, sino compleja y compuesta por toda una serie de dimensiones interrelacionadas. Es decir, que los refugiados no huyen exclusivamente por motivos religiosos, etnonacionalistas o políticos, sino que en muchos casos lo hacen por una suma de algunos o todos ellos, algo que tiene un mejor encaje en la estructura adopta el libro recorriendo las mismas experiencias de huida desde diferentes ópticas temáticas Y, segundo, que es importante diferenciar entre refugio y otras formas de migración, como por ejemplo la económica, con la coacción y la violencia como elemento distintivo.

La persecución y expulsión de judíos, hugonotes o musulmanes; las enormes reubicaciones y desplazamientos forzosos de minorías étnicas y nacionales en las dos guerras y posguerras mundiales, pero también en los conflictos de la antigua Yugoslavia; o la huida por motivos políticos, desde los revolucionarios y contrarrevolucionarios que tuvieron que buscar refugio a lo largo del siglo XIX hasta aquellas personas forzadas a escapar de las dictaduras autoritarias y fascistas –como el caso de la Guerra Civil española– o del comunismo durante la Guerra Fría. Esta amplia casuística, muchas veces discurriendo en paralelo, conforma la experiencia histórica del refugio en Europa, un pasado que aquellos tan preocupados por construir visiones esencialistas de la historia parecen olvidar muy convenientemente. Y es que si algo podemos sacar en claro de la lectura de Extranjeros es precisamente eso, el carácter recurrente, incluso cíclico en su despliegue geográfico, del fenómeno del refugio, y cómo eso ha conformado no solo la identidad nacional, social y cultural de Europa, sino también la respuesta que poco a poco han ido dando los europeos a dicho fenómeno. Una respuesta evidentemente condicionada por lo religioso, lo nacional y lo político –los mismos motivos del refugio–, pero que aun así han hecho de Europa uno de los espacios de acogida más relevantes del globo, particularmente en lo que a legislación, herramientas y políticas se refiere.

Philipp Ther
Philipp Ther

No obstante, como también advierte Ther, esa suerte de mínimo común solidario parece estar cada vez más amenazado. Los problemas derivados de la integración de refugiados y migrantes en determinados países como Francia, Suecia o Reino Unido han acabado por simplificar y radicalizar la percepción que se tiene de estas personas, reduciendo a una cuestión cultural y religiosa lo que se trata de un fenómeno mucho más complejo que posee, por ejemplo, profundas raíces económicas generalmente minusvaloradas. Aquí, de nuevo, la visión de largo alcance que ofrece ‘Extranjeros’ permite situar las cosas en un contexto que va más allá del cortoplacismo y el dogmatismo que nutren muchos de los discursos y políticas de la extrema derecha europea hoy en día. Como señala el historiador austriaco, Europa ha hecho frente a oleadas de refugiados mucho más numerosas que, mismamente, la de 2015, y los países que acogen refugiados casi siempre se ven beneficiados de este proceso, tanto por la absorción de trabajadores cualificados como mediante la creación de una mayor diversidad cultural y tolerancia social.

Así pues, más que responder a la pregunta de qué es un refugiado, lo que Philipp Ther nos propone en ‘Extranjeros’ es que vayamos más allá de ese punto fijo, que suele ser el centro de todo el debate público y el relato histórico. Es decir, que una vez identificados los motivos de la huida y los grandes flujos que han caracterizado la historia del refugio en Europa desde 1492, nos acerquemos también al después, esto es, a la acogida, a la adaptación y a la integración en las sociedades receptoras. En definitiva, que no reduzcamos a las personas que huyen a su condición de huidos, ya que eso no debería ser sino una etapa en una existencia que tiene unas raíces, pero que también tiene un horizonte y un futuro a los que se aspira. A ello contribuyen sin duda los dieciséis retratos individuales de refugiados Philipp Ther (Incluir pie de foto) con los que el autor va trufando su obra, que nos recuerdan que detrás de términos supraindividuales y deshumanizadores como “invasores” no hay sino personas que, como último recurso, se han visto forzadas a huir de sus hogares. Más allá de relatar una parte nuclear de la historia de Europa, quizá esa sea una de las contribuciones más importantes de ‘Extranjeros. Refugiados en Europa desde 1492’.

Ficha del libro

Título: Extranjeros. Refugiados en Europa desde 1492

Autor:  Philipp Ther

Editorial: Prensas de la Universidad de Zaragoza

Año de edición: 2022

Disponible en: Prensas de la Universidad de Zaragoza

Disponible en: Unebook

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