27 abril, 2024
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El sector editorial respira: la campaña de Navidad no peligra por la falta de papel

Hace unas semanas, no muchas, empezó a cundir ese pánico tan propio de la psicosis colectiva ante la posibilidad de que, oh, no hubiera bebidas espirituosas para celebrar la Navidad en España. Al parecer, la crisis en los transportes, extendida a toda Europa, hacía peligrar el abastecimiento de esos productos, básicos para el ocio y el disfrute. Y las tiendas de comestibles recibieron las inesperadas y tempranas visitas de clientes previsores en la celebración. Por esas mismas fechas empezó a correr el rumor de que una posible falta de papel, también derivada de la excepcional situación que atraviesan las empresas de mercancías y los centros de producción, podría arruinar las optimistas previsiones del sector literario español en la facturación de 2021

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A las librerías, ya llenas, por fortuna, durante todo el año, para regocijo de la industria editorial, acudieron lectores preocupados. Un temor más propio de la ficción que de la realidad, infundado por el clima pandémico y la complicada situación económica, con el precio de la luz sin techo aparente y la inflación tan disparada que se sale de todas las hojas de cálculos. Pero lo cierto es que todas las fuentes consultadas por ABC llegan a la misma conclusión: la campaña de Navidad no peligra por la falta de papel.

«Este no es como otro tipo de sectores. Libros para Navidad habrá para todo el mundo. Va a haber libros en las librerías, por supuestísimo», asegura Patrici Tixis, presidente de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE). La duda, en este caso, no ofende, ya que el sector literario ha atravesado en el último mes y pico una especie de tormenta perfecta de la que va saliendo poco a poco, igual que hizo con otras crisis pasadas, mucho más severas.

Atasco en las imprentas

¿El origen? Pues, sobre todo, el «cuello de botella» vivido en las imprentas españolas, atascadas ante el exceso de demanda, tanto desde dentro como desde fuera de nuestras fronteras. «El problema es que las imprentas no sólo imprimen libros, imprimen muchas más cosas. Como ha habido este problema de los transportes, de la dificultad de que todo llegue a su tiempo, ha habido muchas empresas que han decidido, en lugar de imprimir en China, hacerlo aquí, y se han encontrado con que las imprentas no estaban al 100% de su capacidad», explica el presidente de los editores.

Tixis desmiente que, en esas circunstancias, se haya dado, también, un desabastecimiento de papel, la principal materia prima con la que se ‘fabrican’ los libros. «Ha habido problemas de desabastecimiento de cartón, no de papel, y el cartón, en el caso del libro, es sólo para determinadas cubiertas. Es un cuello de botella que hace que las editoriales tengamos que planificar las impresiones y reimpresiones antes de lo que lo hacíamos. A algunas editoriales les ha pillado con el paso cambiado. Ahora hay que tomar las decisiones de otra manera, pensando que la situación es coyuntural y durante el primer trimestre del año que viene se irá acompasando a la normalidad». De hecho, en lugar de lanzar tiradas cortas, como hasta ahora venía siendo habitual en el mercado, los sellos han optado por ampliarlas, un comportamiento que podría parecer arriesgado pero que, en realidad, es conservador, pues una reimpresión ahora, además de ser más cara, puede demorarse un tiempo indefinido, y tal vez definitivo.

Manuel González Moreno: «No está en peligro la campaña de Navidad. No hay ningún problema para comprar libros. Las tiradas han aumentado, porque si te quedas corto el riesgo es perder la oportunidad de la compra compulsiva»

«El mercado es capaz de restablecer el equilibrio, pero necesita tiempo», reconoce Manuel González Moreno, presidente de la Asociación de Editores de Madrid. El también responsable del área universitaria y profesional del Grupo Anaya se muestra tajante ante la posibilidad de que las librerías queden desnutridas en las fechas navideñas, una de las épocas más ‘felices’ del año, desde el punto de vista económico, para el sector: «No está en peligro la campaña de Navidad. No hay ningún problema para comprar libros. Las tiradas han aumentado, porque si te quedas corto el riesgo es perder la oportunidad de esa compra compulsiva que tiene que ver con un éxito de ventas. Por eso muchos editores están decidiendo hacer apuestas un poco más arriesgadas, pero tampoco la gente se ha vuelto loca y se dispara la tirada por dos; habrá incrementos del 15 o 20% con respecto a la tirada inicial prevista».

Encarecimiento de los costes

Según González Moreno, el «único problema» que afronta el sector editorial es que «el encarecimiento de los costes de producción puede influir en los precios de los libros, pero no se puede hacer ningún tipo de vaticinio, porque depende de cada editor, no podemos establecer, ni por principio de competencia ni por sentido común, que haya un valor fijo de porcentajes». A juicio del presidente de los editores madrileños, «el precio de venta al público está condicionado por factores incluso psicológicos», y aunque es evidente que, de una forma u otra, la subida de los costes de producción «acabará repercutiendo en el precio final, no se puede generalizar, no es el precio del litro de leche, son otros factores… Cada libro, por ser tan singular, tiene que calcularse en función de sus costes, y el editor tiene que tenerlo todo eso en cuenta».

A ese respecto, Patrici Tixis sostiene que, «de momento, los precios de los libros están contenidos, pero si hay un fuerte aumento de los precios de la industria llegará un momento en el que, como todo, si el bar paga la electricidad más cara, tendrá que subir el precio del café. Pero al final la decisión la va a tomar cada editor y ahora todo parece desbocado, hay que esperar un poco».

Las cifras de 2020

Si nos fijamos en los datos, los últimos, contenidos en el informe sobre el ‘Comercio Interior del Libro en España en 2020’, dicen que el precio medio de un libro en nuestro país es de 14,02 euros. Ese año se editaron en papel 181.292 ejemplares (50.698 títulos), siendo la cifra un 21% inferior a la registrada en 2019. En cuanto a la tirada media, en España es de 3.576 ejemplares (ficción adultos: 3.845; infantil y juvenil: 5.719; no ficción: 2.574; cómics: 6.647).

En 2020 se publicaron en España 181.292 ejemplares en papel (50.698 títulos), siendo la cifra un 21% inferior a la de 2019. El precio medio de un libro en nuestro país es 14,02 euros, y la tirada media es de 3.576 ejemplares

Independientemente de cómo han navegado en aguas tan turbulentas los dos grandes transatlánticos editoriales españoles, Planeta y Penguin, los pequeños sellos, más modestos en el fondo y en las formas, se han visto afectados, sobre todo, por la subida del precio del papel. Francisco Llorca, editor de Las Afueras, cuenta que «el papel se ha encarecido un 30%, y eso es mucho. Luego, como hay menos papel, los tiempos de producción se han alargado. Las editoriales más grandes compran todo el papel y para nosotros es como una profecía auto-cumplida. Los libros son más caros de hacer ahora, y yo no puedo subir el precio al lector. Aquí no estamos acostumbrados a que los libros cambien de precio, en Latinoamérica, sí, pero aquí, no».

En la misma línea se manifiesta Alberto Gómez, al frente de Carpe Noctem: «Nosotros hemos tenido problemas sobre todo por el encarecimiento del papel. El libro es un producto que funciona con unos márgenes muy ajustados y en el último año el precio del papel se ha multiplicado entre un 25 y un 50%, dependiendo del tipo. El problema es que a corto plazo las editoriales pueden asumir la subida, pero si esto se alarga, el precio de los libros va a subir inevitablemente. Tendría que ser lo menos posible, porque el precio de un libro es muy disuasorio. Habrá que buscar la manera de no estar en pérdidas sin asustar al posible comprador».

Francisco Llorca, editor de Las Afueras: «Los libros son más caros de hacer ahora, y yo no puedo subir el precio al lector. Aquí no estamos acostumbrados a que los libros cambien de precio, en Latinoamérica, sí, pero aquí, no»

En cambio, Manuel Guedán, editor de Lengua de Trapo, cree que lo que ha sucedido «no va a repercutir en el precio de los libros, porque ha sido coyuntural. A nosotros nos han subido un poco los costes de producción. Repercutir a los lectores ese alza de precios temporal no tiene sentido. Lo absorbemos entre las imprentas y las editoriales». Guedán confirma que «la campaña de Navidad está asegurada. Nuestros impresores -trabajan con Kadmos, una de las imprentas históricas de este país- nos dicen que el pico de atasco ya se ha producido, prevén un primer semestre con alguna anomalía, pero camino de la recuperación».

La dimensión ecológica

Y entre unos y otros, Juan Miguel Salvador, de la librería Diógenes, en Alcalá de Henares (Madrid), pone el foco en otra dimensión, la ecológica, que el sector no puede seguir evitando, ni obviando. «Aquí hay dos dimensiones. Una es la del corto plazo, la campaña de Navidad, en la que parece muy probable que nos quedemos sin ejemplares de determinados libros que se están vendiendo bien antes de Navidad, quizá no los más vendidos, pero sí el segundo escalón». La otra dimensión tiene que ver, según Salvador, con problemas estructurales, y es que la dimensión ecológica de la economía se impone. «Cada vez hay menos materia prima, cada vez es más caro, y en el mundo del libro tenemos que plantearnos qué no estamos haciendo bien y qué podemos hacer mejor. Nuestro sector genera unas devoluciones enormes y eso no es sostenible, tenemos que ver cómo hacemos para que no haya tanto libro que se edite innecesariamente. La mejor solución es evitar editar libros que el mercado rechaza».

Juan Miguel Salvador, librería Diógenes: «Nuestro sector genera unas devoluciones enormes y eso no es sostenible, tenemos que ver cómo hacemos para que no haya tanto libro que se edite innecesariamente»

Lo que está claro es que la industria editorial española cerrará 2021 con unas cifras de ventas de libros que permiten mirar al futuro, sea este el que sea, con optimismo. «El año ha ido muy bien, ha sido un muy buen año, y las Navidades serán también muy buenas, pero el reto es ir mejorando en índices de lectura. Estamos todavía lejos de lo que leen países como Francia o Alemania», remata Patrici Tixis. Y lo cierto es que sería un gran regalo de Reyes que, por fin, el próximo año todas las fuerzas políticas de nuestro país alumbraran el ansiado Pacto de Estado por la Lectura. Está en sus manos, y en las de los Magos de Oriente.

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